Entre las numerosas formaciones geológicas, muchas de las cuales aún están por descubrir, se encuentra la Muela del Diablo. Esta formación es el resultado de los procesos volcánicos y erosivos que han moldeado las laderas del Valle de los Cóndores. Espejo de la eterna contienda entre la potencia de los volcanes y la grandiosidad de los glaciares. Esta pugna entre el calor de las lavas y el frío de los hielos ha esculpido el paisaje en forma de mesetas que hoy admiramos en Talca.